FICCIÓN AUTOBIOGRÁFICA EN TORNO A LA
CULTURA CORPORAL Y LA VIDA COTIDIANA
Esther Peris Tena
RESUMEN
En este artículo se describe la presencia (y constantes demandas) de una cultura corporal muy específica en nuestra vida cotidiana. Los elementos básicos de dicha cultura se urden en torno a los siguientes rasgos: el ideal (capital) de un cuerpo moldeado, esbelto y joven con ciertas diferencias en la selección anatómica y en la combinación de sustancia y forma
en función del género. La forma de narración elegida es la ficción autobiográfica (un día en la vida del autor). También se plantea la necesidad de incluir esta problemática en los curricular de la Educación (Física) a fin de incrementar la capacidad y poder del alumnado ante unas demandas (amenazas) que impregnan todos los rincones de la vida en nuestra sociedad.
PALABRAS CLAVE
Cultura Corporal / Vida Cotidiana / Educación Física / Curriculum / hegemonía.
ABSTRACT
In this paper, as the title says, I describe the presence (and constant demands) in our everyday life of a very specific body culture. The basic elements of such culture are: the ideal (capital) of tuned-slender-young body along with some gender differences in the anatomic selection
and the substance-shape formula. The narrative form I have chosen is the autobiographic fiction (one day in author’s life). Finally make some comments concerning the necessity to include this problematic within the school curricula (particularly Physical Education) in order to increase the capacity and power of the students to confront such overriding demands (threats) that impregnate all aspects of everyday life in Western societies.
KEY WORDS
body culture / everyday life / hegemony / physical education / curriculum.
1. Introdución: objeto
del escrito
Vivimos en una época en la que el cuerpo ha pasado a ocupar un lugar central en la vida de las personas. El cuerpo, explica Bordo (1997), es y puede analizarse como un medio de cultura, como una metáfora de la cultura, como un texto de cultura, y como un foco o lugar de control
social, práctico y directo. La cultura hegemónica en nuestra sociedad ha dotado al cuerpo de unos poderes nuevos e inusitados que inciden en la vida cotidiana de todos los ciudadanos condicionando sus posibilidades de encontrar trabajo, el marco de sus relaciones sociales, la vida familiar, el deseo, el placer y, en fin, la autoestima y el auto concepto personales.[1]
Dicha cultura corporal es creada y reforzada por distintos agentes sociales (los medios de comunicación, la publicidad; la moda; las industrias del cuidado del cuerpo mediante el ejercicio, la dieta y la cosmética; los juguetes; etc.). Entre dichos agentes se encuentra, por un lado, la Educación Física, la materia del currículum escolar obligatorio cuyo objeto específico es la transmisión de cultura corporal, y, por otro, el Deporte, el mayor espectáculo del mundo cuyo guión se apoya en la exhibición de distintas combinaciones de sustancia y forma
corporal semidesnuda y eficiente.
2. MODALIDAD DE RELATO ADAPTADA
Los límites y propósito del presente trabajo no me permiten abordar a fondo el papel de las distintas opciones narrativas a la hora de exponer un trabajo académico. Aunque es obvio que la modalidad de relato adoptada, la ficción autobiográfica, no se ajusta a las pautas más comunes de la exposición científica, distintos investigadores y académicos de nuestro campo han recurrido recientemente a otras fórmulas narrativas situadas en espacios fronterizos de distintas disciplinas (autobiografías, novelas, cuentos, poemas, etc.). (Véanse, por ejemplo, Sparkes & Silvenoinen, 1999; Sparkes, 2002; Pascual Baños, 2003) [2]
Los motivos que impulsan a estas personas a la búsqueda y uso de formas narrativas de dudosa validez desde el punto de vista de la ciencia más establecida son de diversa índole. Por mi parte, no creo necesario explicar que la elección de una u otra forma de relato no es neutral y que, por tanto, mi propia elección responde a intenciones específicas que tienen que ver con la naturaleza del conocimiento, sus posibilidades de transmisión y comprensión pública, y, en consecuencia, su función social y política.
En este contexto, el objetivo básico de este escrito es mostrar, mediante una ficción autobiográfica, el modo en que la cultura corporal hegemónica en nuestra sociedad impregna los rincones más insospechados de la vida cotidiana de las personas. En segundo término y a modo de epílogo, partiendo del hecho de que la Educación Física y el Deporte son dos agentes activos en la creación y difusión de cultura corporal, se concluye poniendo de relieve la necesidad de que los docentes y profesionales de este campo nos planteemos la función y papel que desempeñamos en términos de reproducción o de cambio de dicha cultura hegemónica.[3]
3. FICCION AUTOBIOGRÁFICA EN TORNO A LA CULTURA CORPORAL HEGEMÒNICA
Son las siete de la mañana. Suena el despertador y me quedo cinco minutos más sintiendo el calor de las sábanas. Me levanto aun adormilada y voy directa a la ducha. A continuación, me preparo un café con leche desnatada con copos de cereales integrales, como todos los días. Mientras desayuno decido poner un rato la televisión. Lo primero que aparece son varios anuncios de maquillaje y perfumes. En todos ellos aparecen modelos delgadas y estupendas, con un cutis perfecto y caminando sobre una gran alfombra roja en una casa elegante. La expresión de felicidad y su cara radiante me da un poco de envidia sana. A mis 17 años, me quedo pensando unos segundos sobre si debería adelgazar algunos quilos. [4] Seguidamente, me ato los cordones de mis deportivas, apago la televisión y me voy al instituto. Como no quedan bicis en la terminal de Valenbisi, me voy andando. Al cruzar el paso de cebra, veo una marquesina publicitaria de la conocida marca de ropa Mango. En ella está la foto de una actriz española muy famosa, la cual aparece con unos tacones que estilizan su figura, un pelo hidratado y un escote en forma de pico, cual resalta su cintura de avispa. Por un segundo, pienso que me gustaría lucir algún día un vestido así, con esos taconazos. [5]Sigo andando y paso por el lado de una pastelería. El olor de pan recién hecho me embriaga y decido comprarme una napolitana de chocolate, para empezar con vitalidad el día. Una vez me la como, me siento un poco culpable por la cantidad de calorías que acabo de aportar a mi dieta, pero finalmente me río por un momento de las chicas que siempre están contando calorías. Solo llegar a clase y ya me fijo en el look de mis compañeras: pelo perfecto, muy maquilladas, con faldas bastante cortas y unos leggins finitos. [6]Solo de pensar en los 5 grados de temperatura que hace en la calle me entra un escalofrío, pero para presumir dicen que hay que sufrir. Nos dirigimos hacia clase y me fijo como unos compañeros las persiguen con la mirada, seguramente estarán pensando en lo buenas que están. [7] Llega el recreo y a mis compañeras al baño. Me miro al espejo, mi chándal es muy cómodo pero nada estiloso. Me doy media vuelta para ver como se ve mi trasero y pienso en que es demasiado grande, necesito hacer dieta urgentemente. [8] Luego, miro mi cara en el espejo i veo al sonreír unas pequeñas arrugas en la frente. Me da miedo el paso del tiempo, aunque sé que es inevitable. En ese momento, me pregunta mi amiga si ya sé que me voy a poner para la cena de clase de esa semana. No me lo había planteado, pensaba primero ir a correr y luego improvisar sobre la marcha. Después de un rato de discusión, desisto de ir a correr y me convencen para ir un rato al centro de compras. Al finalizar las clases, nos comemos una ensalada baja en calorías y nos dirigimos hacia el centro. [9]Al entrar en la primera tienda, veo un pantalón muy bonito y decido probármelo. Busco la talla 40 y solo encuentro la talla 34 y 36. Las reviso por si acaso y pienso que es imposible que alguien pueda entrar en esos pantalones, y no sé qué tipo de medidas corporales utilizan para hacer esa ropa. [10]Supongo que por esa razón son las únicas tallas que quedan en la tienda. Nos tomamos un descanso y me apetece una horchata valenciana, pero mi amiga me dice que eso engorda mucho y que mejor vayamos al quiosco a comprar alguna revista. Le hago caso y me quedo sin merendar. En el quiosco, me decido por una revista de moda, hace mucho tiempo que no leo ninguna. En las primeras páginas aparecen 4 ejercicios maravillosos para tener el vientre plano, y en ella dice que si los haces 3 veces a la semana en poco tiempo te queda el cuerpo escultural de la mujer de la foto. Tengo unos pocos conocimientos sobre ejercicio físico y supongo que si a esos ejercicios no van acompañados con trabajo cardiovascular y una dieta estricta, es muy difícil sufrir esa brutal transformación. Unas páginas más adelante, me recomiendan el consumo de unos tés diuréticos, y no por el placer de su sabor o el que provoca beber una bebida caliente en invierno, sino porque puede ayudarte a no retener líquidos y perder peso. [11]Al terminar de ojear la revista me doy cuenta que es toda publicidad, empezando por los complementos que debemos usar hasta las cremas que mejor se adaptan a nuestra piel. [12]Y todas ellas están dirigidas hacia un prototipo de mujer ideal que, mirando por un segundo a mí alrededor por las calles abarrotadas de Valencia, no reconozco por ninguna parte. [13]Mi amiga se ha comprado otro tipo de revista que se ríe de las famosas. En ella veo una foto de la actriz que antes había visto estupenda en la foto de Mango, con el culo plano y las tetas un poco caídas, dándose un baño en la playa. Entonces pienso en los milagros del tratamiento de imagen, es increíble cómo pueden disimular los defectillos, aumentar el culo o quitar una cicatriz. En ese momento me planteo porque toda esta información es tan hipócrita. Ninguna revista nos dice que hay que comer de todo y de manera equilibrada, sin abusar de ciertos alimentos pero no eliminándolos de la dieta. Porque no nos aconsejan que para mantener una buena salud, hay que hacer ejercicio de manera constante y concienzuda y nos informan que los resultados nunca son inmediatos y sin esfuerzo. I porque no nos convencen para que nos aceptemos a nosotros mismos, sin complejos, que aumentemos nuestra autoestima y así se reduzca el elevado número de operaciones estéticas que aunque de bajo riesgo, pueden tener muchos efectos secundarios. Mi conclusión en ese momento es que nos venden un mundo que no existe. De repente dejo mi reflexión y acompaño a mi amiga a probarse el vestido que ha visto en el escaparate. El vestido es bastante corto y escotado. Se lo comento a mi amiga y me dice que si no se enseña no se vende y que la imagen en esta vida es muy importante. Le doy la razón pero entonces me doy cuenta que la imagen está sobrevalorada en la sociedad actual y que hay un gran mercado oculto de publicidad que nos lleva obsesionarlos sobre el tema. [14]Finalmente, compramos el vestido y decidimos irnos para casa, por supuesto andando. Y la razón no es la de disfrutar del paseo sino quemar calorías. Por un segundo me siento satisfecha de darme cuenta de todos los mensajes subliminales relacionados con la estética que me bombardean a diario. Aunque, luego lo reflexiono de nuevo y soy sinceramente conmigo misma. [15]Reconozco que no puedo evitar que esos mensajes me influyan, ya que finalmente, me he comprado un vestido igual de corto que el de mi amiga.
4. Epílogo (la Educación
Física)
Esta ficción autobiográfica busca mostrar algunos de los rasgos más básicos de la cultura corporal hegemónica en nuestra sociedad así como el modo en que incide en las rutinas más triviales de nuestra vida cotidiana. En esta tesitura, sólo me resta enunciar el problema planteado al principio. A saber, si la Educación Física es la materia del currículum escolar obligatorio que tiene por objeto la formación de las personas vía el ámbito de la cultura corporal, ¿en qué sentido actúa?, ¿contribuye a la reproducción de los modelos imperantes o, por el contrario, estimula la conciencia crítica de los sujetos incrementando su poder y capacidad para resistir las
permanentes exigencias de vigilancia y modelado de la apariencia externa de acuerdo con cánones absurdos, irreales y antinaturales? Mi respuesta a dichos interrogantes es muy pesimista. Tras releer distintos manuales de EF, textos destinados al alumnado, guías para el profesorado, programaciones didácticas y, por supuesto, el propio currículo oficial, he encontrado muy pocos indicios que sugieran que esta problemática es de algún modo abordada en nuestra materia. Más bien al contrario, la creciente presencia e incorporación de algunas prácticas (tipo aeróbic)
y otras ‘gimnasias de la forma’ como contenido de las clases de EF me llevan a concluir que, en este asunto, somos meros reproductores de la cultura corporal imperante o, dicho de otra forma, del mito de la belleza que, en palabras de Wolf (1991: 15), recrea la idea de que la belleza es una cualidad con existencia natural y objetiva.
En este marco, no podemos ignorar que la insatisfacción con el propio cuerpo se ha convertido en una norma de la sociedad occidental (Bordo, 1993) y que, en consecuencia, desde la Educación (Física) deberíamos actuar12 de algún modo a fin de, por ejemplo, incrementar la capacidad y poder de resistencia de nuestros alumnos ante la cultura corporal imperante que, según los senadores españoles (Ponencia, 1999), constituye una amenaza
para la salud de los jóvenes.
BIBLIOGRAFIA
BARBERO, J.I.: (2006) Ficción autobiográfica en torno a la cultura corporal y la vida cotidiana. En Educación Física y Deporte, ISSN 0120-677X, Vol. 25, Nº. 2, pags. 47-63
BARBERO, J.I.:(2001) “Cultura corporal: ¿Tenemos algo que decir desde la Educación Física?” En: Ágora para la Educación Física y
el Deporte”, Valladolid (España), 1, pag, 18-36.
BARBERO, J.I.: (1997) Cuerpo, cultura de consumo y EF.En: Ágora, D,ET,AL. (Comp.) Aportaciones al estudio de la actividad física y el deporte, IVEF,Valencia, 211-235.
OSSORIO, D.:(2003)El cuerpo social, el consumo y la educación física. En Lecturas: Educación física y deportes, ISSN 1514-3465, Nº. 60
[1] Para situar al lector: El autor de este artículo estudia Ciencias de la Actividad Física y el deporte., por ello se incluyen comentarios en ese campo extensibles a la educación en un sentido más amplio.
en su sentido más amplio.
que utilizan distintas revistas de prestigio en el proceso de aceptación o rechazo de los trabajos
que se presentan para ser publicados.
[3] Aunque la evaluación de dicha experiencia constituye otro debate, el interés y la facilidad con que muchos alumnos valoran su lectura están sin duda relacionados con el asunto de las modalidades del relato científico.
[4] Esta anécdota ilustra el impacto de la publicidad audiovisual, en la socialización-subjetivación de los jóvenes. Como se sabe, el cuerpo (con su apariencia, cuidados, género, deseos, etc.) es el elemento central del anuncio
televisivo. En consecuencia, es normal que, en el instituto los chicos hayan interiorizado determinadas pautas y modelos corporales y, en la misma línea, no debe extrañarnos unas ciertas niñas muestren muy pronto una relativa conciencia y vigilancia de su figura.
[5] Bordeu (1997) habla de capital físico, como una forma de capital cultural cuya posesión permite ejercer un poder real o simbólico. El cuerpo es la más irrecusable objetivación del gusto de clase (1988).
[6] Barbero, 1977, en una investigación con estudiantes de la ESO en donde se pone de manifiesto su convencimiento de que la apariencia externa es decisiva en las relaciones personales, en la búsqueda de empleo, en el auto concepto y autoestima, etc.
[7] La cultura corporal es un conjunto de valores, usos, saberes, creencias, normas y pautas de conducta, etc., que delimitan nuestras apreciaciones y prácticas corporales en el contexto social en que vivimos.
[8] Es necesaria la aceptación de la realidad corporal y el refuerzo de los sentimientos de autoestima, para que no haya distorsiones en la imagen corporal.
[9] La proliferación de discursos en torno al cuerpo ha generado obsesiones que han traído consigo nuevas epidemias (anorexia, etc.).
[10] Algunos creadores de moda utilizan maniquíes con un peso claramente inferior a los límites saludables i crean conflictos con las tallas.
[11] La profusión de mensajes sobre dietas engañosas, invitando a adelgazar y a rendir culto al cuerpo, inundan portadas y secciones de elevado número de revistas, especialmente las juveniles, incitándoles a practicarlos.
[12] El término industria para resaltar que la cultura del cuerpo constituye hoy un importante foco de actividad económica. En torno al moldeado de la apariencia externa se articula la producción y distribución de bienes y servicios variopintos en manos de grandes multinacionales.
[13] Featherstone (1991) afirma. El cine de Hollywood ayudó a crear nuevos standards de apariencia y presentación corporal, transladondo al hogar de una gran audiencia la importancia de la buena presencia. (…) Para asegurarse que las estrellas se ajustaban a los ideales de la perfección física, se crearon nuevas formas de maquillaje, cuidado capilar, cirugía plástica…
[14] La publicidad abusa de forma reiterada e inadecuada de la figura de un estereotipo de mujer como reclamo publicitario (C7)
[15] En los objetivos de la EF, deben ser transmitir y crear cultura. Alimentación, ejercicio físico, actitud responsable hacia su cuerpo y de respecto a los demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario